La Semana Santa ofrece momentos y celebraciones cargadas de gracia de Dios en Jesucristo.
Casi no habría que hacer otra cosa que participar con el corazón abierto en las celebraciones litúrgicas y vivir estos días contemplando, admirando, pensando, amando y condoliéndonos con Jesús y con los “cristos” sufrientes de hoy. Hemos de procurar dedicar estos días principalmente acompañar a Jesucristo y los “cristos” de hoy.
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