domingo, 30 de octubre de 2011

Los cristianos y las elecciones generales

   
La HOAC de Valladolid participa en la convocatoria del FORO “CRISTIANOS EN LA SOCIEDAD”. En esta ocasión el contenido del mismo será: "Los cristianos y las elecciones generales".
Tendrá lugar el jueves 3 de noviembre de 2011, a las 20.00 horas en la Casa de Acción Católica.

El FORO “CRISTIANOS EN LA SOCIEDAD” se configura como un espacio en el que generar diálogo y debate sobre la presencia de los cristianos laicos en la sociedad desde la referencia de la Doctrina Social de la Iglesia.
Lo impulsa el Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera atendiendo a las propuestas del Documento Episcopal "La Pastoral Obrera de toda la Iglesia" relativas a "impulsar la participación de los laicos en la vida pública a través de las instituciones políticas, sindicales, culturales, sociales, ...." (nº 13), "ayudar a dar a conocer la Doctrina Social de la Iglesia y sus exigencias" (nº 22) y contribuir a la "formación social, en orden al conocimiento, profundización, aplicación y difusión de la Doctrina Social de la Iglesia, de la formación de la conciencia social de los cristianos y del compromiso de los mismos en las realidades temporales". (nº 30).
Así mismo, con esta iniciativa se pretende contribuir a la consecución de los objetivos de nuestro Plan Diocesano de Pastoral Obrera desde los fines que le son propios, en esta ocasión el objetivo 8: Ofrecer en el diálogo fe-cultura la propuesta cristiana sobre temas de actualidad.
Como ya hemos dicho más arriba en esta ocasión el aspecto sobre el que vamos a dialogar serán las próximas elecciones generales del 20 de noviembre y los criterios para situarnos ante ellas que nos ofrece la Doctrina Social de la Iglesia.
También, en la línea de aunar esfuerzos y promover la comunión que pretende nuestro Plan de Pastoral, este acto es convocado conjuntamente por:
  • SECRETARIADO DIOCESANO DE PASTORAL OBRERA
  • DELEGACIÓN DIOCESANA DE APOSTOLADO SEGLAR
  • ESCUELA DIOCESANA DE FORMACIÓN
  • ACCIÓN CATÓLICA GENERAL (ACG)
  • HERMANDAD OBRERA DE ACCIÓN CATÓLICA (HOAC)

Reflexión de la HOAC ante las elecciones del 20-N

 
Las elecciones siempre son un momento importante en el desarrollo de la vida democrática. Pero estas elecciones, el próximo 20 de noviembre, son especialmente importantes, dada la situación en que se encuentra nuestra sociedad. En particular, por el sufrimiento que la crisis económica y las políticas que se están llevando a cabo están provocando en tantas familias trabajadoras.

Reflexión de la HOAC ante las elecciones del 20-NDesde la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), como movimiento eclesial en el mundo obrero y del trabajo, pensamos que estas elecciones deben servir para expresar con nuestro voto la necesidad de cambiar de raíz la orientación de las decisiones políticas que se están tomando desde hace muchos años, tanto con gobiernos del PP como del PSOE y, particularmente, las decisiones que se están llevando a cabo para hacer frente a la crisis…


Está en juego el propio futuro de la democracia, el respeto y la promoción de los derechos sociales de personas y familias, las conquistas alcanzadas con muchos años de luchas y sacrificios (derechos laborales, servicios públicos…), la posibilidad de un futuro justo y humano, y, sobre todo, los derechos de las personas empobrecidas. En definitiva, la vida de las personas en todas sus etapas y circunstancias.

Como dice el Papa Benedicto XVI en su encíclica “Caritas in veritate”: “El primer capital que se ha de salvaguardar y valorar es el hombre, la persona en su integridad” (n25).

Y creemos que este principio fundamental para la justicia y la dignidad en la vida social, no se está teniendo en cuenta en muchas de las decisiones políticas que se están tomando.

Es verdad que el cambio de orientación de las decisiones políticas, no depende sólo de las próximas elecciones.

Depende también de cómo nos situemos en nuestra vida cotidiana, de qué reivindicaciones planteemos, de qué compromisos asumamos, de cómo nos hagamos, o no, responsables de la vida social en los distintos ámbitos en que nos movemos…

Depende, en definitiva, de sobre qué valores, formas de vida y principios queremos construir nuestra sociedad.

Situados en este horizonte, queremos ahora centrarnos en lo que está en juego en las próximas elecciones. Durante años se han tomado decisiones que han desviado cada vez más recursos sociales desde la economía productiva real y la inversión del Estado, hacia una economía financiera especulativa, que produce ganancias económicas mayores y más rápidas, pero un falso crecimiento económico.

Se han rebajado los impuestos a las rentas más altas; se ha incrementado la rentabilidad del trabajo, precarizando cada vez más el empleo y debilitando los derechos laborales; se han abierto los servicios públicos al negocio privado…

¿SOBRE QUÉ VALORES, FORMAS DE VIDA Y PRINCIPIOS QUEREMOS CONSTRUIR NUESTRA SOCIEDAD?

Detrás de estas políticas existe una perversión de la economía y una inversión de su sentido, al poner los beneficios privados de las estructuras capitalistas y de los mercados financieros y de sus responsables, por encima de las necesidades sociales de la mayoría de las personas.

Como comunidad cristiana hemos de decir con toda claridad que esto no debe ser así. Una economía funciona bien sólo cuando responde a las necesidades de las personas. Esa y no otra debe ser su finalidad.
Este funcionamiento desviado de la economía es el origen de la crisis. Crisis, que ha castigado a los sectores más empobrecidos y vulnerables de nuestra sociedad, al destruir buena parte de la economía real y del trabajo, incrementado, hasta límites insoportables, el paro. Las medidas tomadas contra la crisis por los gobiernos de España y autonómicos, no sólo no lo han corregido, sino que han agravado la situación.

Además las sucesivas reformas laborales no han aportado nada para combatir el paro y se han puesto mayores dificultades para acceder en el futuro a una pensión justa y digna. Se han debilitado aún más los derechos sociales y los servicios públicos con los recortes que se están produciendo con el pretexto de reducir el déficit público.
Una decisión especialmente grave ha sido la reforma de la Constitución. Para decidir, nada menos que con rango constitucional, que se da prioridad al pago de la deuda, para que continúe funcionando el negocio financiero, sobre las necesidades sociales.

Todo esto está significando un vaciamiento de contenidos de la democracia. Cada vez existe menos transparencia en lo que se hace y se hurta más a los ciudadanos la capacidad de decisión real. No podemos continuar así. Es imprescindible cambiar de raíz el rumbo para poner en primer lugar a las personas, los derechos de los empobrecidos y las necesidades sociales.

UNA ECONOMÍA FUNCIONA BIEN SÓLO CUANDO RESPONDE A LAS NECESIDADES DE LAS PERSONAS

Por todo ello, la HOAC consideramos que en las próximas elecciones, para valorar las distintas propuestas políticas y decidir el voto, es fundamental preguntarse qué medidas concretas se proponen para:
  1. Priorizar las necesidades sociales en lugar de los intereses de los grupos de presión con gran poder económico y subordinar la economía financiera a las necesidades de la economía real.
  2. Dar prioridad real a las políticas de erradicación de la pobreza y a la inversión pública y social dirigida a los sectores más empobrecidos de la sociedad.
  3. Fortalecer el tejido productivo en todos sus sectores, promoviendo un tejido empresarial digno de tal nombre y dar mayor protagonismo a las empresas de economía social, cooperativas, etc.
  4. Revertir las reformas laborales que precarizan el empleo, debilitan los derechos laborales y deterioran las condiciones de trabajo, articulando políticas encaminadas a combatir el desempleo (con especial atención al juvenil) y la precariedad laboral, caminando hacia empleos decentes en condiciones dignas.
  5. Revertir los recortes en los servicios públicos, fortaleciéndolos como garantía de los derechos sociales de las personas y familias, sobre todo en lo que se refiere a educación, sanidad, vivienda y protección social.
  6. Revertir la reforma del sistema público de pensiones, tomando medidas para avanzar en la garantía de pensiones dignas y justas.
  7. Reconocer y promover prácticamente los derechos familiares de las personas y los derechos sociales de las familias.
  8. Revertir todas las decisiones que se han tomado, encaminadas a que las rentas más altas, los beneficios de las grandes empresas y el capital financiero paguen menos impuestos, realizando una reforma fiscal en profundidad, encaminada a una mayor y más justa redistribución de la riqueza social, que facilite al Estado disponer de los recursos para responder a las necesidades sociales básicas.
  9. Promover que el sistema productivo cuide el medio ambiente y caminar hacia un modelo de consumo humano frente al consumismo que devora los recursos, como expresión de nuestra responsabilidad hacia las generaciones futuras.
  10. Fomentar la transparencia y el control efectivo por la ciudadanía de todas las instituciones políticas, la responsabilidad y la formación cívica, como elementos fundamentales para una regeneración democrática que impulse la participación y el protagonismo de la sociedad en la vida política y en la toma real de decisiones.
Se trata, en definitiva, de poner en primer lugar a las personas, los derechos de los empobrecidos y las necesidades sociales.

HERMANDAD OBRERA DE ACCIÓN CATÓLICA

viernes, 7 de octubre de 2011

La HOAC, por el "Trabajo Decente"

La HOAC, por el “Trabajo Decente”
El 7 de octubre se celebra la Jornada Mundial por el Trabajo Decente.  La Organización Internacional del Trabajo (OIT) fundamenta la realización de esta Jornada Mundial en razones poderosas. “El trabajo decente es esencial para el bienestar de las personas. Además de generar un ingreso… el trabajo decente sintetiza las aspiraciones de los individuos durante su vida laboral” (OIT).

En las actuales condiciones de crisis económica y financiera, pero también moral y ética, es más importante que nunca que los trabajadores y trabajadoras del mundo entero se manifiesten reclamando su derecho a un trabajo decente y una vida decente.

En nuestro país nos han impuesto una reforma laboral permanente que subordina cada vez más los derechos laborales a los intereses del sistema capitalista. Las estadísticas muestran que estas medidas no dan los resultados que prometían, sino que han supuesto un paso más en la vulnerabilidad que sufren los trabajadores y trabajadoras, especialmente los más empobrecidos.

En el ámbito mundial, hay pocos indicios de que se ponga fin a la crisis del empleo. Cada puesto de trabajo perdido representa un drama humano y desde 2008 se han perdido cerca de 40 millones de empleos; ya son 205 millones las personas sin trabajo y 1.450 millones quienes trabajan con empleos precarios. Mientras, las “recetas” abordadas por las entidades económicas internacionales y los gobiernos (reducir y congelar salarios, eliminar derechos, destruir empleo, desmantelar la protección social, privatizaciones, reformas de la negociación colectiva…) añaden, a la situación de precariedad laboral y vital de muchas familias trabajadoras, la exclusión y marginación como consecuencia de la pérdida del trabajo, la carencia de ingresos básicos, el no poder pagar la hipoteca o el alquiler de su vivienda, etc.

De esta forma, el trabajo, que es un bien fundamental para las personas, se está convirtiendo en empleo precario e indecente, que sacrifica a los trabajadores y trabajadoras al dios de la competitividad y del mercado. Las personas y sus derechos se ven sometidas a las exigencias de una economía indecente y nos hacen creer que esto es algo natural y normal.

Ante esta situación desde la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) queremos hacer un llamamiento a la Iglesia y a la ciudadanía en general, para que tomemos conciencia y nos comprometamos en defender la dignidad humana; es el momento de la participación, de la política, de la responsabilidad. Hemos de reivindicar, desde nuestros movimientos y organizaciones, una economía al servicio de la persona, un trabajo decente y condiciones de vida dignas para todas las personas y familias, como nos recuerda Benedicto XVI en su última encíclica “Caritas in veritate”: un trabajo que, en cualquier sociedad, sea expresión de la dignidad esencial de todo hombre o mujer: un trabajo libremente elegido, que asocie efectivamente a los trabajadores, hombres y mujeres, al desarrollo de su comunidad; un trabajo que, de este modo, haga que los trabajadores sean respetados, evitando toda discriminación; un trabajo que permita satisfacer las necesidades de las familias y escolarizar a los hijos sin que se vean obligados a trabajar; un trabajo que consienta a los trabajadores organizarse libremente y hacer oír su voz; un trabajo que deje espacio para reencontrarse adecuadamente con las propias raíces en el ámbito personal, familiar y espiritual; un trabajo que asegure una condición digna a los trabajadores que llegan a la jubilación.  (Caritas in veritate, 63)

Comisión Permanente HERMANDAD OBRERA DE ACCIÓN CATÓLICA (HOAC)

sábado, 1 de octubre de 2011

La cercanía al mundo obrero y del trabajo


CUADERNO 4 DE ROVIROSA

De nuevo dejamos íntegramente la palabra a Rovirosa. Nos hemos limitado a espigar entre sus escritos y ordenar algunas de sus afirmaciones en torno al apostolado obrero que, lógicamente, ha de empezarpor la cercanía, el respeto y el diálogo con las personas, el reconocimiento de su dignidad y la valoración de su cultura, para, desde la vida, aportar la novedad de Jesús y su proyecto.

Conviene recordar el momento histórico en que Guillermo escribe: entre 1946 y 1963, en una situación como la española en la que las secuelas de la guerra civil todavía están vivas y la relación entre Iglesia y mundo obrero es de distanciamiento, cuando no de hostilidad, por una parte, o de paternalismo trasnochado, por otra. En todo caso, de desconocimiento y de desafecto.

Guillermo Rovirosa a su experiencia como trabajador ha unido, tras un largo proceso de búsqueda, su experiencia de encuentro con Cristo. Sabe personalmente el tesoro que es la fe cristiana. Distingue muy bien lo que son los «alrededores» de la fe de lo que es el núcleo central: el Amor de Dios manifestado en Cristo, que transforma a quien lo acoge y le invita a responderle de modo semejante.
 
 
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