viernes, 4 de agosto de 2017
Otra manera de ser, trabajar y vivir en el mundo obrero
Militantes y simpatizantes de la HOAC de Valladolid han participado entre el 31 de julio y el 4 de agosto de 2017 en los Cursos de Verano que la Hermandad Obrera de Acción Catlólica (HOAC) ha celebrado en la Universidad de la Mística (CITES) de Ávila con el lema "Otra manera de ser, trabajar y vivir en el mundo obrero".
Estos cursos han sido un espacio de oración, reflexión, diálogo y convivencia entre los participantes y se han desarrollado en un clima de acogida y fraternidad. Han pretendido responder a una cuestión: para contruir una vida digna desde el trabajo decente, ¿qué economía es necesaria?.
Una vez más, en la reflexión, oración y diálogo compartidos, hemos constatado lo que el Papa Francisco nos recuerda: esta economía mata y es necesaria una economía que cree comunión. La economía debe estar al servicio del bien común, y por eso es urgente recuperar la centralidad del trabajo, tan devaluado, tanto por su escasez, como por la precariead que se ha instalado en la vida de tantas y tantas personas y la consecuente pérdida de derechos sociales y laborales.
Esta situación la hemos denunciado públicamente en la Plaza Grande de Ávila con la Pasarela de la Precariedad en la que, a partir de situaciones concretas, se expresó cómo está organizado el trabajo y cómo afecta a las condiciones de vida de los trabajadores y trabajadores y se reclamo un trabajo digno para una sociedad decente. Y la hemos orado con toda la Iglesia de Ávila compartiendo la eucaristía en la Parroquia de San Pedro. Así mismo, nos hemos solidarizado con las trabajadoras de una empresa de limpieza de Ávila que llevan más de seis meses sin cobrar, conociendo de su voz la situación que están padeciendo, expresándolas nuestro apoyo y colaborando económicamente con las necesidades que pudieran estar padeciendo estas familias abulenses.
La HOAC de Valladolid, junto a todos los miembros de este movimiento eclesial de la Acción Católica para la Pastoral Obrera, creemos que es necesario desarrollar una nueva cultura económica, para avanzar en la lucha contra la pobreza y así evitar victimas y descarte de personas.
Como creyentes en Jesús, el Dios de las personas y de la vida, nos sentimos convocados por el Señor a construir su Reino de hermanos y hermanas y nos comprometemos, y animamos a toda la comunidad eclesial, a seguir siendo semilla de ese Reino en nuestro mundo, especialmente entre los que sufren y se ven excluidos y descartados.
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