Durante los días 18 a 27 de julio se han celebrado en Ávila, en la Universidad de la Mística, unas jornadas de oración y reflexión de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC). En ellas, más de trescientos militantes y simpatizantes, así como consiliarios de esta organización eclesial, hemos orado y profundizado, desde la fe cristiana, en la realidad de injusticia, agravada por la actual crisis económica y social, que padecen amplios sectores del mundo obrero y del trabajo y sobre el papel de la Iglesia y su misión evangelizadora ante esta situación. Nos han acompañado en la reflexión Luis M. Romero y Marciano Vidal en las Jornadas de Consiliarios; y Juan Torres, Guillermo Múgica y Juan Francisco Garrido en las Jornadas Abiertas. Sus aportaciones, junto a la experiencia de vida y testimonio de oración de los militantes en las realidades obreras, nos han servido para renovar nuestra fe y nuestro compromiso evangelizador. En estas jornadas hemos constatado que:
1. La crisis económica es una consecuencia del actual modelo de organización económica y social, un terreno abonado a la codicia y la especulación. Las medidas adoptadas internacionalmente no están afrontando la crisis sino que están aumentando aún más el empobrecimiento y la desigualdad y, por tanto, la consolidación de una sociedad indecente, profundamente injusta. Pero esta sociedad, además, configura a la persona que la habita. Una persona a la que se le ha fracturado la sociabilidad humana, la dimensión política de su existencia, la capacidad de hacerse cargo de la vida de los otros. Y lo más grave es que dicha situación se ha convertido para la mayoría de las personas en la manera normal y natural de ser y de vivir. Se ha convertido en cultura.
2. La fe de la Iglesia no nos deja indiferentes ante esta realidad. Nuestro ser Iglesia nos lleva al encuentro con Jesucristo en los crucificados de la historia. La misión evangelizadora de la Iglesia ha de ser expresión de la Caridad Política. No se puede anunciar a Jesucristo y su Evangelio sin lucha por la justicia.
3. Desde la HOAC, Iglesia en el mundo obrero, queremos unir nuestra vida a la de las víctimas del mundo obrero empobrecido. Sólo desde ellas podremos emprender la lucha por la justicia, interpretando los signos de los tiempos, donde encontramos semillas de comunión y de justicia. Hemos de convertir la comunidad eclesial en cuerpo de Cristo abierto a las víctimas. La lucha por la justicia nos reclama conocer la realidad y dejarnos interpelar por ella. El movimiento de indignación, reacción y acción que recorre nuestras calles y plazas y otros movimientos y luchas reclaman nuestro apoyo y aliento.
4. Nuestra acción evangelizadora, que nace del discernimiento en comunidad desde el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia al hilo del contexto histórico, quiere ayudarnos a vivir y a ofrecer al conjunto de la sociedad, desde el compromiso y el diálogo, caminos de mayor justicia. Caminos que, por amor, rompan las fronteras impuestas e injustas que se establecen.
Pedimos a Nuestro Señor, el Cristo Obrero, que guíe nuestras vidas y afiance nuestra encarnación en el mundo obrero como respuesta agradecida al amor de Dios.
Ávila, 28 de julio de 2011
Comisión Permanente de la HOAC
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