sábado, 18 de enero de 2014

Que el desempleo no te deje parado


Dentro de las acciones que están promoviendo la Hermandad Obrera de Acción Católica y el Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera en el marco de la acción 24 de la programación Pastoral Diocesana 2013-2014 "Poniendo rostro y esperanza a la crisis" con el objetivo de favorecer la acción social y política se ha organizado un nuevo encuentro con las víctimas de la crisis.

Tendrá lugar el miércoles 29 de enero, a las 20.00 horas, en el Centro Cívico La Victoria de este barrio vallisoletano (Calle San Sebastián 7).

En este encuentro se pretende que personas que sufren el desempleo con motivo de la crisis compartan su experiencia de cómo llegaron a perder el empleo y qué les ha supuesto a nivel personal y familiar, así como las alternativas que han buscado.

Aunque ya hay alguna persona a la que se le ha pedido que exponga su experiencia, el encuentro está abierto a todas aquellas personas que quieran compartir cómo no se han quedado "paradas" ante el desempleo y han buscado salidas.

El objetivo de este encuentro es dar voz a las víctimas de la crisis, mostrar que las personas desempleadas quieren la dignidad que da un trabajo y no vivir de las ayudas y, fundamentalmente, abrir a la esperanza a aquellas otras que no ven luz en el horizonte.

Invitamos a asistir a todas las personas afectadas por el desempleo y a aquellas otros que no lo están pero se sienten solidarias con ellas.

Esta actividad quiere también responder a esa llamada del Papa Francisco a que a los trabajadores y trabajadoras no nos roben la esperanza.


Así mismo, pretende hacer real lo que el Papa Francisco plantea en Evangelii Gaudium:

187. Cada cristiano y cada comunidad están llamados a ser instrumentos de Dios para la liberación y promoción de los pobres, de manera que puedan integrarse plenamente en la sociedad; esto supone que seamos dóciles y atentos para escuchar el clamor del pobre y socorrerlo.
188. La Iglesia ha reconocido que la exigencia de escuchar este clamor brota de la misma obra liberadora de la gracia en cada uno de nosotros, por lo cual no se trata de una misión reservada sólo a algunos: «La Iglesia, guiada por el Evangelio de la misericordia y por el amor al hombre,y quiere responder a él con todas sus fuerzas». En este marco se comprende el pedido de Jesús a sus discípulos: «¡Dadles vosotros de comer!», lo cual implica tanto la cooperación para resolver las causas estructurales de la pobreza y para promover el desarrollo integral de los pobres, como los gestos más simples y cotidianos de solidaridad ante las miserias muy concretas que encontramos.
192. Pero queremos más todavía, nuestro sueño vuela más alto. No hablamos sólo de asegurar a todos la comida, o un «decoroso sustento», sino de que tengan «prosperidadsin exceptuar bien alguno. Esto implica educación, acceso al cuidado de la salud y especialmente trabajo, porque en el trabajo libre, creativo, participativo y solidario, el ser humano expresa y acrecienta la dignidad de su vida. El salario justo permite el acceso adecuado a los demás bienes que están destinados al uso común.

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