Comunicado con motivo del Día de la HOAC 2016.
La
HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica), en su ser Iglesia en el Mundo
Obrero y del Trabajo, denunciamos la situación de desempleado, precarización
laboral y empobrecimiento que impide el desarrollo de las personas y de las
familias.
Lectura del manifiesto |
Es
el resultado del dominio de la idolatría del dinero, de la rentabilidad y el
bienestar individualista. La lógica económica y política actual convierte a
muchos trabajadores y trabajadoras en descartables, prescindibles, por no ser
suficientemente rentables. Y esto, a su vez, es la consecuencia de otro
descarte más radical: el del ser humano mismo, reducido a un producto de usar y
tirar. Se ha convertido el trabajo, que es parte de nuestro ser como personas,
en puro instrumento de la rentabilidad económica y así se ha reducido a la
persona trabajadora a la condición de instrumento. La consecuencia es la
ausencia de trabajo digno, el desempleo, el empleo precarizado, el empobrecimiento
de las personas y las familias trabajadoras… Todo ello impide el desarrollo
humano de las personas y dificulta la vida familiar.En
este Año de la Misericordia, recogiendo la petición del Papa Francisco, hacemos
un llamamiento a que no permanezcamos indiferentes ante esta situación. Pedimos
que la persona sea siempre lo primero. La lucha por el trabajo digno es el camino indispensable para para la afirmación
práctica de la sagrada dignidad de la persona, porque sin trabajo digno se
pisotea esa dignidad. La lucha por el trabajo digno es, además, condición
imprescindible para la inclusión social de los pobres.
La
lucha por un trabajo digno lo es por un trabajo en condiciones dignas y justas,
pero también por devolver la dignidad al trabajo mismo, por recuperar lo que el
trabajo debe ser: un camino de realización de nuestra humanidad, de
construcción de una sociedad humana, de posibilitar los derechos familiares de
las personas y los derechos sociales de las familias.
El
ser humano se realiza en el amor, cuando experimenta que ama y es amado. La
lucha por el trabajo digno es la lucha para que podamos trabajar por amor,
realizando con el trabajo nuestra humanidad, sirviendo con él a los demás,
viviéndolo como un don de la persona a las demás. Como toda actividad humana,
el trabajo sin amor no es digno del ser humano.
¡Por un trabajo
digno para una sociedad decente!