domingo, 14 de abril de 2013

Proponer a Jesucristo al mundo obrero

  
El sábado 13 de abril cerca de cincuenta militantes de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) procedentes de las diferentes diócesis de Castilla y León se dieron cita en la Casa de Oración de los Misioneros del Verbo Divino de Dueñas (Palencia) para reflexionar sobre las dificultades que existen hoy para anunciar y proponer en el mundo obrero como proyecto de vida a Jesucristo .

Después de compartir las dificultades expresadas en un cuestionario previo que los asistentes habían reflexionado y de compartir varias experiencias, Esther Díaz, responsable general de Formación, recordó los acuerdos de la última asamblea general para hacer operativa y posible la evangelización del mundo obrero en las condiciones actuales. El punto de partida que siempre hay que tener presente es que quien evangeliza es Jesucristo. Los militantes de la HOAC, encarnados  en la pobreza del mundo obrero (desempleados y precarios, familias con dificultades, inmigrantes, mujer obrera, ...), acompañando a las víctimas quieren ser  testigos del resucitado y proponer la vida nueva mediante acciones liberadoras, la oferta de actividades de la HOAC, la concienciación mediante las publicaciones, etc. Quieren ofrecer una experiencia comunitaria que ayude a colocar en el centro de la vida de las personas a Jesucristo.Para ello, los militantes de la HOAC pretenden cuidar tres elementos fundamentales: Espiritualidad - Formación - Compromiso, en los que se basa y sostiene su acción evangelizadora.
 

La Jornada continuó con un trabajo en grupos para definir aquellos aspectos que habría que continuar potenciando para desarrollar la acción evangelizadora de los militantes y el papel que los diferentes órganos del movimiento tienen en ello. Uno de los más destacados fue la cercanía a las personas, el cultivo de las relaciones, compartiendo no sólo actividad, sino vida con ellas.

La celebración de la Eucaristía resultó un momento intenso. Con fuerza resonaron en la experiencia de los asistentes las palabras del Señor: "no tengáis miedo". El encuentro con Jesucristo en su Palabra y en el Pan compartido supuso una renovación del envío al mundo obrero.